El estrés se produce por la alta presión que se experimenta en el trabajo. Esto puede generar problemas de salud mental y físicos que llevan a un agotamiento extremo conocido como burn out. Por eso, te presentamos cuatro habilidades emocionales para prevenir este malestar. 

1. El impulso de “complacer a la gente”:

Decir “sí” a todo trabajo que se te pone por delante, especialmente si la solicitud viene de una autoridad. Esto responde al deseo de no decepcionar a nadie aunque esto implique no consultar con tu calendario o no tomar en cuenta la carga laboral que enfrentas.   

Controlar este impulso te permitirá tomar decisiones reflexivas que prioricen tu bienestar y evitarán el agotamiento a largo plazo.      

• El costo:

¿Cuál es el costo de decir “sí” o “no”? Identificar este aspecto te ayudará a priorizar el bienestar en puestos donde se espera que tome decisiones críticas en un corto período. Piensa los requisitos de tiempo, energía y capacidad para decir sí o no.

• Planifica cuando digas que no:

Una forma de establecer límites firmes es contar con frases como “No puedo comprometerme con eso en este momento, pero te aviso si algo cambia” o “Reviso mi agenda y te aviso si puedo hacer que eso funcione”.

• No todo es blanco y negro:

Desafía el pensamiento de todo o nada. Esta es una creencia rígida que se basa en el sentir que no puedes permitirte el lujo de cometer errores. Tienes opciones y necesitas saberlo. Considerar que existen matices en todas las decisiones puede ayudarte a reducir los niveles de estrés cuando te enfrentes a este tipo de escenarios.

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